- Opinión.
Hacía una comparativa entre los teléfonos y las personas, que cerraba con un "¿por qué en vez de tener teléfonos inteligentes no tenemos personas inteligentes?"
Y en parte, lleva razón. Creo que no hay persona en el mundo, salvo que pertenezca a una secta o clan, que opine que los avances tecnológicos son perjudiciales para el desarrollo de la sociedad.
Gracias a los nuevos teléfonos, las empresas pueden dar más facilidades a sus trabajadores, los profesores dan las clases de una manera más lúdica y estamos al alcance de información infinita sea donde sea.
Sin embargo, las personas, poco a poco se vuelven adictas a esta clase de teléfonos o tabletas, pasando junto a ellos una gran cantidad de horas a lo largo del día.
Por ello, el desarrollo tecnológico puede convertirse en una droga sana si no se utiliza con moderación.
Los pasatiempos que se encuentran a precios muy bajos o incluso gratis en los mercados virtuales ofrecen un mundo de entretenimiento moderno que seduce a todos los consumidores, pero ¿no se vuelven adictivos sin un uso moderado?
¿La solución? Muy sencilla. Si en las cajas de los teléfonos, o en la pantalla inicial de cada minijuego saliese un mensaje informativo, puede que mucha gente se concienciara. Si no, sería tan fácil como regular las horas mensuales de uso.
Como ya había mencionado antes, no hay quien dude en que la tecnología debe ser un apoyo para la sociedad moderna, pero nunca debe separar a la raza humana tal como, desgraciadamente, puede hacer.
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