- Este ensayo será presentado al concurso del periódico "El Mundo".
Las redes sociales.
Mucha gente afirma que
las plataformas de contacto en internet son un tanto peligrosas y
desafortunadas, ya que es muy difícil comprobar lo que ocurrirá al otro lado de
la pantalla. Sin embargo, desde mi punto de vista suponen una gran ayuda a la
población para estar permanentemente informada de lo que sucede en lugares
recónditos del universo.
¿Qué hay de peligroso
en que una persona de un continente concreto pueda establecer comunicación con
alguien de otro, como si fueran hermanos o íntimos amigos? ¿No es, tan solo, un
factor de la globalización?
Desde que nuestra
generación tiene uso de la razón, no han hecho más que decirnos que en el
futuro tendremos que pelearnos un puesto de trabajo o un lugar en el mundo con
gente de otros países, de otros lugares y con
un tipo de educación distinta a la nuestra. ¿Cuál es el problema de
adelantar el proceso y poder relacionarte con ellos?
No hay que olvidar que
éstas suponen un gran ahorro, ya que, tal y como está el precio de los mensajes
de texto y las tarifas de internet, suponen una alternativa imaginativa para
poder quedar con amigos o hablar con ellos sin ningún desembolso.
En muchos casos, las
grandes redes –tuenti, Facebook y Twitter-
ayudan a aquellos chicos que tienen dificultad de palabra o les cuesta soltarse
en sociedad a interactuar con compañeros de clase y vecinos, en lo que puede
ser el inicio de un vínculo tanto de afinidad como emocional.
Las redes sociales,
además, suponen un gran beneficio económico para las empresas que buscan
publicitarse en internet, así como para empresarios que tratan de conseguir la
compra de una entidad para crecer en el sector en el que estén especializados.
Desde el principio de
los tiempos, la humanidad ha visto cómo los avances tecnológicos dejaban en la
obsolescencia todo lo que en su día fue fundamental, la imprenta, las máquinas
de vapor…
En el siglo XXI pasa lo
mismo, pero con la revolución de la informática. Aquí presento un dilema que
sería de provecho plantearse, ¿por qué nadie se queja de las páginas webs o de
los blogs y si hay gente que critica las páginas de contactos? Durante gran
parte de mi vida, que está muy ligada a la modernidad dado el año en que nací
1998, que coincide, en parte con el inicio de la explosión del Messenger, un chat que revolucionó el
mundo pero que ya nadie emplea, he oído todo tipo de halagos a las ya nombradas
webs, puesto que “daban a conocer nuevas empresas o personas con futuro”, pero,
quien en su día las alabó y ahora despotrica contra las redes sociales podría
pensar que son los mismo, pero en privado, solo para tus amigos y personas que
se hayan registrado en la web.
Es cierto que no supone
una fuente tan amplia de visitas, pero puedes dirigir tus aportaciones al tipo
de público que tú quieras, puesto que si la página está, de algún modo,
flotando por internet, lo puede ver cualquier persona, te guste o no quién lo
está haciendo.
Otra cosa es la falta
de prudencia por parte de los usuarios que, sin conocimiento de causa,
establecen contacto con personas desconocidas, sin hacer caso a las
advertencias de adultos, expertos y de las propias redes que, siempre, te
recomiendan que agregues sólo a personas de tu conocimiento si eres menor de
edad.
Todos sabemos que en
internet hay gente que busca quedar con adolescentes y niños para hacerles
daño, chantaje o para aprovecharse de ellos y sus familias si tienen posibles
económicas, pero, desde mi punto de vista, es bastante complicado que ocurran
cosas de este tipo, puesto que, es de lógica, desconfiar cuando alguien que no
es ni amigo ni conocido te ofrece salir al cine o a un parque.
En definitiva, las
redes sociales no tienen ningún problema, el problema lo tenemos las personas.
Fernando
Salas Martínez 2º A Eso
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