martes, 9 de abril de 2013

La óptica callejera del Madrid olímpico


  • División de opiniones en el mundo del graffiti con las medidas de blanqueo.
  • Dar buena impresión al COI, objetivo del ayuntamiento.
Desde el año 2006, cuando el lema Madrid 2012 llenaba las calles de la capital, la obsesión del gobierno, independientemente de quién fuera el alcalde y el presidente de la comunidad, ha sido albergar los juegos olímpicos.

Este hecho generó desde el principio un debate; ¿son realmente rentables los juegos olímpicos? Pese a las miles de explicaciones que se han dado al respecto, no se alcanza a una cifra definitiva que zanje el debate.

Presupuestos aparte, uno de los últimos enemigos que le han salido a los Juegos es el del mundo de los graffiteros, en el cual hay división de opiniones respecto a las medidas que el ayuntamiento ha tomado para convencer al Comité Olímpico Internacional de que Madrid es la ciudad idónea.

En todas las zonas cercanas a los lugares de visita de los auditores, se han blanqueado las paredes, muros y fachadas, incluso las destinadas íntegramente a la práctica del graffiti han sido blanqueadas por completo, algunas con dibujos a medio pintar.

Sin embargo, dos días después de que se marcharan los auditores del comité, esas mismas paredes ya estaban con su apariencia habitual, con los aerosoles  y las brochas, con los dibujos y mil opiniones diferentes acerca de si benefició o no esta medida al gremio.

Y es que, los más jóvenes defienden que el graffiti es un arte efímera y que, tan rápido como un grabado nace puede morir para dejar sitio a otro aún mejor. Por ello, el blanqueo fue visto por ellos como una medida de limpieza, de reciclaje.

Mientras tanto, los más veteranos y conocidos, los que quieren que sus obras perduren en los muros -en parte por el tiempo que dedican a cada pintada-, dejaban mostrar su indignación por lo que, pensaban, era un frenazo a todos los procesos que habían realizado.

Independientemente de las cifras, los porcentajes y el deporte, hay una óptica diferente, una mirada distinta hacia el Madrid olímpico. Y también hay división de opiniones en esta.

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