Iñaki Urdangarín: un siete metros a la ética

• Duro golpe a la nobleza y al balonmano.
• ¿Qué sacó Urdangarín de su etapa como deportista?

Desde que el balonmano es uno de los deportes más famosos del mundo, llegando a concentrar a casi un país entero delante del televisor en las grandes citas, los jugadores dejan de ser simples desconocidos.

Así, los Albert Rocas, Jorge Maqueda o Julen Aguinagalde han tomado el relevo de la penúltima generación de oro, también liderada por Valero Rivera, donde uno de los grandes líderes era Iñaki Urdangarín.

Dos décadas y una boda con la hija del rey después, el deportista que servía de ejemplo para los niños se ha convertido en un auténtico villano de película, en una persona a la que no quieren en la Casa Real ni en ningún otro lugar de España.

El escándalo del caso Noos golpeó tan fuerte las estructuras de la familia que reina que, desde que salió a la luz el escándalo, el rey ha removido cielo y tierra para que su hija se divorcie de Urdangarín, sin éxito por el momento.

Apropiación indebida y estafa son algunas de las palabras con las cuales el que en su día sacó adelante mil partidos del Barça y de la selección española se enfrenta a una pena de cárcel que recorrería todo el mundo y daría aún más mala prensa de la que ya tiene el país.

Sin embargo, temas judiciales aparte, lo que me sorprende a mí más que ninguna otra cosa es cómo alguien que ha estado tanto tiempo metido en el que es posiblemente el deporte más culto del mundo por la formación de sus jugadores y en el cual los valores están tan marcados que no hay casi gente que se salga del guión, ha podido sacar tan pocas enseñanzas y haya perdido por completo el sentido de la ética.

Y es que, ésta ha sufrido un siete metros y exclusión por parte del que en su día fue un referente para todos los amantes del deporte.

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