viernes, 31 de agosto de 2012

El Atlético sobrepasa las alturas

    • El Atlético de Madrid derrota por 1-4 al Chelsea y se convierte en supercampeón de Europa.
    • Los rojiblancos no dieron opciones a un rival apagado y falto de fútbol.
    • Falcao, con un "hat-trick" fue nombrado hombre del partido.
     
    Hace dos días, cuando la euforia de los Real Madrid-Barça se apoderaba del país, Patxi Navajas, un montañero aficionado al Atlético protagonizaba el spot publicitario de la final.

    En él, un orgulloso alpinista lucía la rojiblanca en lugares insospechados, donde no llega la cobertura y el mundo se reduce a unas espectaculares vistas.

    Tras ver el partido de hoy, solo puedo decir que tanto los Alpes como las cordilleras más elevadas de Sudamérica se quedan pequeñas frente a la fuerza de este equipo y esta afición.


    Con la final de hace dos años frente al Inter como modelo, los del Cholo Simeone salieron al partido con el cuchillo entre los dientes, sin dar un balón por perdido y con las líneas juntas.



    Así, cuando solamente habían transcurrido cinco minutos, Koke fue claramente derribado en el área, aunque el árbitro no se atrevió a señalar penalti. 

    No lamentó mucho esa acción el campeón de la Europa League, ya que cuatro minutos después, Falcao dejó en evidencia a la defensa del Chelsea para poner la primera piedra de un rascacielos interminable.


    La intensidad no bajó y la presión rojiblanca seguió incesante en el campo inglés, donde se mascaban las prisas y la desilusión por el fútbol que estaba haciendo el Atleti.

    En el ecuador de la primera mitad volvió a aparecer ese delantero que transforma balones en sueños y goles en leyendas con una vaselina sublime al segundo palo, donde Cech no pudo llegar.

    En ese momento apareció la magia de Arda Turan, el desborde de Adrián y la solidez de Gabi y Mario Suárez, dos medios que se consagran partido a partido en la medular.

    Así, el asturiano tuvo el tercer gol a puerta vacía, y las ocasiones se sucedieron en la portería de un Petr Cech que miraba al infinito con los ojos perdidos.

    La desgracia blue fue a más cuando, en una de las últimas jugadas, de nuevo Radamel, mejor 9 del mundo para muchos, sentenciaba una final que ya descansa en la memoria de una afición insaciable.

    En la segunda mitad, la consigna fue la misma, pese al cansancio de los primeros cuarenta y cinco minutos. 


    Así, en una jugada de estrategia, Miranda, mejor central de las últimas temporadas en el bando rojiblanco ponía un cuarto gol que contrastaba la supremacía atlética.
    A quince minutos del final -cabe destacar el buen papel del Cebolla Rodríguez, así como de todo el plantel-, Cahil quitó un poco de sal de las lágrimas de Londres.

    Lo demás, gloria, emoción y mucha fiesta en una afición donde las ilusiones perduran y en el que uno no se acostumbra al triunfo, una afición que aplaude a los que ganaron derrochando coraje y corazón.


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