domingo, 27 de octubre de 2013

Se hizo todo mal en Estrasburgo

Opinión.

Lo cierto es que no sé ni de leyes, ni de política. No sabía que el tribunal de Estrasburgo existía, y me costaba hacerme a la idea de eso de juzgar a alguien fuera de su país, con un tribunal internacional que desconoce los problemas internos de un país.

Hasta que llegó a mis oídos el nombre de Inés del Río -que tampoco sabía quién era-. Resulta que, la mujer en cuestión, ha sido una de las terroristas más sanguinarias en la historia de nuestro país, con 26 muertes a sus espaldas y condenada a unos 3.000 años. Su pelo teñido y la sonrisa que tiene en sus labios ocultan una de las mentes más retorcidas de ETA.

Lo primero que hice fue preguntar a mi madre -que es abogada-, por el tema. Le pregunté qué pasaba aquí, por qué había pasado esto y qué opinaba ella. 

Para que supiera qué pasaba de verdad, me habló de otro terrorista, también muy sanguinario, que se llamaba Henri Parot. Me dijo que, cuando iba a salir de la cárcel por haber reducido su pena de 30 años, la Audiencia Nacional estableció que un condenado debía reducir la pena de la condena total. Como si eran 2.000 años. Su opinión se queda en casa.

La mía, sin embargo, no. 

Creo que todo, absolutamente todo lo que rodea a este espinoso tema, se ha hecho mal. Desde la doctrina, hasta su abolición. 

Lo primero que no entiendo es que un gobierno democrático se muestre en contra de un veredicto que llega desde uno de los tribunales más importantes de Europa, por no decir el que más.

En esta situación, el partido mayoritario debe defender tanto la justicia como la democracia, estén o no de acuerdo individualmente. Cuando Camps fue declarado inocente fueron a pocas manifestaciones.

Lo segundo, me parece mal que un tribunal que aboga por los derechos humanos permita salir a terroristas de la cárcel antes de que se rehabiliten, que, al fin y al cabo, es la misión de las prisiones.

Hayan pasado 20 años o 50, no se debe dejar salir a la calle a un preso que no entiende que ha obrado mal y se arrepiente de ello.

Se hizo todo mal en Estrasburgo. Ahora, queda pensar que estos errores deben ser corregidos o, como poco, que no se repitan.

@Periodismo_Col

miércoles, 16 de octubre de 2013

Licenciado en donuts


  • Una empresa murciana busca licenciado en ADE para repartir bollería.

Desde que la crisis está presente en España, se ha complicado notablemente encontrar un trabajo que esté relacionado con la formación del demandante. Tanto es así, que, en muchos casos, los licenciados españoles son contratados en puestos que no son acordes a su formación.


Las empresas, por su parte, se están beneficiando de las dificultades que tienen los jóvenes a la hora de encontrar la estabilidad laboral, y buscan gente sobradamente preparada para desempeñar funciones mucho más sencillas, funciones para las cuales no se requería titulación universitaria algunos años atrás.


Un claro ejemplo nos ha llegado desde la Región de Murcia, donde la tasa de paro es elevada y una oferta de trabajo genera tanta ilusión que los desempleados hacen cola para las entrevistas de trabajo, independientemente de qué función vayan a desempeñar dentro de la empresa.


"Se buscan repartidores-preventa (sexo indistinto) para realizar una ruta de reparto de bollería en la zona de Murcia". La empresa que anunciaba esta oferta se trata de una consultoría de empleo internacional que, igual que en muchos casos ha resultado una solución para personas cuya situación laboral no pasa por un buen momento, no ha querido realizar ninguna declaración, remitiéndose siempre a que es lo que la empresa busca en un trabajador.

Lejos de sonar a broma entre los murcianos, muchos estudiantes se han presentado a las entrevistas con el deseo y la convicción de que acabarán firmando por fin un contrato que les introduzca de nuevo en el mercado laboral.

Este hecho reabre un debate que durante los últimos años había estado a la orden del día en el país, ¿es realmente útil la formación?

Mientras los políticos no dejan de prometernos que en el futuro saldremos adelante, la realidad en las calles es muy distinta, y cada jornada laboral, cientos de personas se ven abocadas al drama del desempleo, del cual, para salir, buscan cualquier oferta, sin mirar que, en el pasado, tenían una meta mucho más alta.

Con todos mis respetos a los repartidores de bollería, los cuales desempeñan una función imprescindible dentro de las empresas del sector, no creo que sea el puesto de trabajo que un estudiante de Administración y Dirección de Empresa busque.