jueves, 29 de marzo de 2012

De vez en cuando, San Siro, toma contigo café

  • El Barcelona se estrella en Milán en la ida de cuartos de final de la Champions.
  • El 0-0 no hace justicia a lo que se ha visto en el campo, pero es un buen resultado para los culés.
Minuto 93, Italia respira aliviada cuando el colegiado pita e indica el camino a los vestuarios, el estadio se va vaciando y comienzan los análisis de un accidente peligroso, pero, esperemos, no mortal.

Fue el del Fútbol Club Barcelona en uno de los campos más complicados de Europa, San Siro, un lugar mágico donde la grada y el tapete -ayer en unas pésimas condiciones- se mezclan creando una armonía de colores que se complementan, una imagen para el recuerdo. 

Todos los que han jugado en este estadio se van con un buen recuerdo, sin importar el resultado, y lo cierto es que el equipo de Guardiola se lo conoce muy bien, puesto que en la fase de grupos venció por 2-3.

Anoche tenía una prueba de fuego para clasificarse a las semifinales, y plantearon el choque de una manera única, poniendo a Keita en la banda para regular la verticalidad del equipo y una línea de cuatro muy solvente atrás, donde Piqué marcó a Ibra de una manera excepcional, pero se olvidó jugada tras jugada de los Robinho y Boateng que tanto peligro causan. 

Los catalanes se llevaron dos sustos muy rápido, uno lo firmó el brasileño, que mandó a las nubes un pase del ex azulgrana, y el segundo fue una arrancada del congolés que terminó en nada.

El partido vaticinaba ocasiones en ambas porterías, un ritmo trepidante y goles, todo se produjo, salvo lo último. Así, los visitantes empezaron a mover el balón, haciendo su juego habitual, con jugadas de máxima precisión y mucho toque. Llegaron las primeras aproximaciones y al cuarto de hora de juego, Abbiati derribó al chileno Alexis, y los jueces de fondo, unos simples espectadores en la noche de ayer no señalaron nada, aunque cuesta creer que no lo vieran.

 En cuanto terminaron las protestas, todo continuó como antes, y la grada tembló dos veces hasta que disfrutó de la primera clara de los suyos.
Un sensacional balón a Ibra le dejó sin oponentes ante Valdés que se reivindió con una mano de santo, de esas que a veces son necesarias.

Todo eran espejismos, ya que tanto Xavi, que se topó con un espectacular Abbiati, como Alexis, devorado por Bonera en carrera, pudieron abrir el marcador, que también se pudo alterar si no llega a ser por el estado del césped, que presentaba una lamentable imagen que los culés recriminaron a la UEFA.

Así concluyó la primera mitad, con un claro dominador, el Barça.

La segunda parte comenzó con un juego duro y trabado que benefició al Milan, que tuvo dos disparos, pero ninguno asustó al meta. Los blaugrana necesitaban cambios, y estos llegaron, después de un remate de Carles Puyol en el que se reclamó otro penal de Mesbah por agarrón, muy claro, no señalado.

Entró Tello al campo para relevar a un Iniesta desaparecido en combate, tal vez por la exhaustiva presión milanista. También se fue Alexis, que no fue capaz de librarse de Nesta y Ambrosini, que ayer dieron una lección de fútbol, dejando de lado su edad, para que entrase Pedro, que tampoco estuvo inspirado.
 
Llegaron más ocasiones, todas cortadas por los ya antes nombrados las cortaron de raíz, y, si ellos no podían allí estaba el meta, ex del Atlético de Madrid para salvar a los suyos.

 Fue el minuto 87 cuando hizo la mejor, salvando un remate del titiritero del fútbol. Sólo Tello creó peligro con sus galopadas por la banda, que estuvieron cerca de acabar en gol en dos ocasiones, pero ya no había tiempo para más.


El Barcelona, que echó mucho de menos a Césc Fábregas, que ni siquiera calentó, se estrelló en el muro de San Siro, dejando la eliminatoria abierta para el Camp Nou, donde, si juega como anoche, no tendrá problemas para solventar la eliminatoria.





 

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