miércoles, 23 de noviembre de 2011

Puros y boinas en San Siro



  • Barça y Milán se ven las caras en San Siro en uno de los grandes clásicos europeos.
  • Se romperá la perfección en estos duelos; 4 victorias culés, cuatro italianas y 4 empates.
  • El ganador logrará la codiciada plaza que le acredite como primero de grupo.

Desde que el fútbol es fútbol, en los estadios se ha podido ver un "cocido sociológico" bastante grande; gente de todas las clases, con diferente poder adquisitivo se reúne a animar a su equipo, juegue contra quien juegue y, especialmente contra los grandes.


Esa mezcla hace posible la diferencia de gradas, de gentes por butaca y, una de las más poderosas es la de los ancianos; jubilados que, siempre críticos y añorantes de los viejos tiempos, nadie les puede hacer creer, sean del equipo que sean, que siempre hubo un tiempo en el que su escuadra era mejor que ahora. Todos ellos, puro y boina, hacen de los campos una asamblea.


Esta noche, 20:45, emitido por todas las cadenas autonómicas, los mayores de Milán podrán disfrutar de uno de esos choques que a ellos les gusta, un encuentro en el que pasado, presente y futuro se encuentran entre pelotazos y goles; un partido con muchas cuentas pendientes, como la que tiene Ibrahimovic con su antiguo equipo, como la de los tifosi contra los que les dejaron fuera de la final de 2006, como el Barça contra su pasado, contra ese 4-0 de Atenas 94, como el fútbol por volver a ver un espectáculo que se gane ese codiciado subtítulo de "partido de Champions".

A lo largo de la historia, 4 victorias, 4 empates y 4 derrotas han marcado las estadísticas de uno de los grandes clásicos del Mediterráneo y, a la hora de la cena se romperá esa perfecta perfección.

Hace 5 años, cuando el Barcelona de Rijkaard comenzó a formarse, tuvo un duro escollo a las puertas de la final, se vio las caras con un equipo muy ordenado y con mucho peligro en la delantera y el medio campo. Un gol de Giuly que, a pase del mago Ronaldinho, rompió la escuadra, hizo válidos 180 minutos de expectativas, de miedo por volver a tocar la "orejona". En el 94, cuando el equipo de Johan Cruyff era el mejor del mundo y cayó a lo más bajo, cuando un Capello desconocido, con un planteamiento innovador machacó a los blaugrana y se acabó su supremacía en Europa, se destapó la idea del fútbol de toque y se impuso la férrea defensa de los lombardos.

Pase lo que pase, consiga el Barça la primera posición del grupo o lo hagan los rossoneris podremos disfrutar de un puro habano futbolístico, de un cocido de mil vueltas.




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