domingo, 12 de febrero de 2012

La fe del muerto

  • El Zaragoza vence por 0-2 al Espanyol, al que le pudo la presión de la Champions.
  • Con este triunfo, se sitúan a ocho puntos de la salvación.
Dicen que cuando los animales están acorralados, condenados a la muerte, atacan, se defienden con uñas y dientes y, quien sabe, si consiguen salvarse.

Este domingo, a las doce de la mañana, el Esapñyol tenía la oportunidad de clasificarse para la Champions ante su público, en su estadio. Mientras tanto, el Real Zaragoza, un equipo histórico, podía hundirse aún más en el drama que están viviendo desde el principio de la temporada. Con una derrota, los maños podían situarse a diez puntos, una distancia insalvable, tanto deportiva como anímicamente.

Tenindo en cuenta la situación de los visitantes y las declaraciones de su entrenador, Manolo Jiménez, alegando que no tenía apoyos, todo hacía pensar que de nuevo, los pericos iban a vencer en su estadio. El encuentro comenzó con los catalanes como claro dominador, apoyados en un Coutinho espectacular, que le da lo que necesitaban los locales, la creación y la potencia de un joven brasileño. Pero cuando no era él, Romaric comandaba los blanquiazules, con su fuerza y calidad, y con una capacidad de liderazgo que no se disfrutaba en Barcelona desde Dani Jarque.

Así, la primera parte se terminó en el área de Roberto, un portero magistral que, junto con Toño y Andrés Fernández nos demuestra partido a partido lo sana que está la posición de guardameta en nuestra liga. El zaragozista voló de palo a palo una y otra vez para que los locales no se fueran al vestuario por delante.


En la reanudación, llegó el 0-1. Un córner botado por los maños, lo remató Da Silva para adelantar a su equipo, solo en el segundo palo. Un error garrafal de la zaga local supuso el final del partido y la pérdida de una oportunidad única para clasificarse a la Champions.

Más tarde, Roberto y el larguero salvaron el empate para los zragozistas. Primero fue el travesaño, tras un zapatazo de Coutinho, a pase de Weiss. Un minuto después, fue el meta visitante el que paró una chilena de Verdú con el pie.


Ahí fue cuando la defensa aragonesa dejó de tener dificultades, ya que se empezó a gustar y fue Casilla el que salvó el empate en dos ocasiones. En una, tras un centro de Luis García y remate de Lanzaro, en el punto de penal y en otra tras un disparo de Lafita. 


Y, como quien la sigue la consigue, el Real Zaragoza se acabó llevando la victoria. Fue cuando Lafita sufió la falta de Weiss y Rubén Micael -el mejor de la segunda parte- habilitó a Juan Carlos, que con un regate sublime al portero, puso en 0-2 a puerta vacía. Final del partido.


Quien sabe si, gracias a este triunfo, los zaragozanos recuperarán la confianza perdida, si se habrán dado cuenta de que son buenos y perfectamente capaces. La Romareda hablará, pero lo cierto, lo que ya hemos comprobado, es que los animales acorralados siempre muerden y, probablemete, el león del escudo le faltan muchos bocados en primera.

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