- Francia e Inglaterra empatan en un partido trabado y sin dominador claro.
- Salvo tímidos disparos de Benzema, los galos no buscaron los tres puntos por el miedo a perder.
Y es que el equipo que se pudo ver contra Inglaterra pecaba de indolencia, de miedo a la derrota en una primera jornada donde esperaba un rival histórico.
En un primer momento, los galos intentaron bajar el balón, tocar y madurar las jugadas una por una, tratando de encontrar los espacios en una defensa inglesa aguerrida.
Por el contrario, Inglaterra no tenía ningún problema en esperar a la contra. Y las ocasiones llegaron desde la misma, como el fallo de Milner tras regatear a Lloris.
La ocasión no mermó los objetivos de los bleu, que siguieron fieles a su estilo, a bascular el juego entre las bandas mientras Ribery daba destellos de calidad.
En el ecuador de la primera mitad, un jarro de agua fría excitó a Francia cuando, tras una falta botada por Gerrard, Joleon Lescott entró libre de marca para marcar.
Francia espabiló, y Joe Hart tuvo que salvar un remate de Diarra con una espectacular estirada.
Poco duró la alegría de los ingleses, que vieron como Nasri ponía el empate en el marcador tan solo cinco minutos más tarde.
En la segunda mitad, Francia comenzó más decidida, moviendo la pelota como en los últimos minutos de la primera parte, pero sin inquietar la portería inglesa.
Mientras duró la fuerza de los favoritos del grupo, Parker, mejor inglés de ayer, se encargó de frenarles desde el medio del campo.
Pero las ganas de los de Blanc se apagaron conforme pasaban los minutos, a merced de las apariciones esporádicas de Ribery y Benzema, que cargaron ayer con el peso del equipo.
Y fue una jugada personal del jugador del Real Madrid el último susto que se llevaron los ingleses hasta que el colegiado pitó el final.
La sensaciones son claras, de impotencia por parte de una Inglaterra que, sin Rooney, pierde el gol y de pasividad por parte de una Francia con miedo a perder.
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