- El Betis se impone por dos tantos a cero en el Calderón y sentencia a Manzano.
- El equipo abandonó el campo siendo pitado por su segunda derrota consecutiva en Liga.
- Pepe Mel respira tras otros tres puntos.
Anoche hubo reunión en el Calderón, no por los presupuestos, ni por la desaparición de la imbatibilidad, ni por la destitución de Manzano. Anoche hubo reunión en el Calderón, sobre el Calderón. Participaron leyendas del Atlético de Madrid, como Escudero, que en paz descanse, participó también Luis Aragonés, y Caminero (en sus buenos tiempos, cuando no se prestaba a participar en la directiva de los Gil).
No se juntaron en las oficinas, no se juntaron en un café, pero se juntaron; todos pensaron lo mismo y a la misma hora, ¿por qué le hacen esto al Atleti?
Y esa es la pregunta que se hacen todos los que sienten o han sentido los colores de un equipo que reinó en el mundo y ahora está condenado a la mediocridad de la Liga.
Se juntaban dos entrenadores en peligro y, contra todo pronóstico, ganó el débil. El estadio, tras 70 minutos demostrando su fe inquebrantable en los rojiblancos, estalló, ya no aguantan más, no merecen que su escuadra les de una desgracia tras otra; merecen títulos, la gloria pérdida con la corrupción y los juegos impuros de Gil. No merecen una tormenta perfecta, un año en el que todo salga bien, en el que el doblete asome por la puerta, merecen regularidad, menos copas en una temporada, pero un global amplio.
También hay que decir que, desde el principio de los tiempos, los colchoneros han demostrado que, cada partido es una locura, una remontada constante, pero remontada y locura, no es ridículo.
Las vacaciones pintan mal, a cuatro puntos del descenso y diez de la Champions, muy lejos de la posición histórica en la Liga y teniendo que remontar en Copa ante un segunda B. Ahora todos, por el bien del fútbol, esperamos que vuelva el Atleti.
Se juntaban dos entrenadores en peligro y, contra todo pronóstico, ganó el débil. El estadio, tras 70 minutos demostrando su fe inquebrantable en los rojiblancos, estalló, ya no aguantan más, no merecen que su escuadra les de una desgracia tras otra; merecen títulos, la gloria pérdida con la corrupción y los juegos impuros de Gil. No merecen una tormenta perfecta, un año en el que todo salga bien, en el que el doblete asome por la puerta, merecen regularidad, menos copas en una temporada, pero un global amplio.
También hay que decir que, desde el principio de los tiempos, los colchoneros han demostrado que, cada partido es una locura, una remontada constante, pero remontada y locura, no es ridículo.
Las vacaciones pintan mal, a cuatro puntos del descenso y diez de la Champions, muy lejos de la posición histórica en la Liga y teniendo que remontar en Copa ante un segunda B. Ahora todos, por el bien del fútbol, esperamos que vuelva el Atleti.
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