Otro año igual

• El Atlético de Madrid cesa a Manzano tras el ridículo frente al Albacete.
• Los manchegos vencieron por 0-1 en el Calderón y eliminaron a los rojiblancos de la Copa a las primeras de cambio.
• El "Cholo" Simeone tendrá que lidiar con un equipo en horas bajas.

   Manzano, sin fuerza Fuente: google

 El argentino cuando estuvo en el Catania italiano Fuente: Google

  Simeone siendo aclamado por el Calderón Fuente: Google

Futre tiene miedo, como todos los atléticos, tiene miedo al descenso. Puede parecer una locura, pero nunca antes se ha estado tan cerca. A cuatro puntos, pero no es solo la diferencia, es el juego. Desde principios de octubre hay dudas acerca de este equipo y, sobre todo de Manzano, el ya exentrenador colchonero. Hay que decir que todo empezó muy bien, victoria muy fácil frente al Guimarâes en la Uefa, goleadas ante Racing y Sporting respectivamente...

Pero, frente al Barcelona, todo se torció, el juego se volvió gris y los goles no llegaban jamás, así hasta que el palco buscó culpables, una cosa que saben hacer muy bien los dirigentes de este equipo, echar balones fuera y no admitir la evidencia de que los culpables son ellos cuando el público se gira y canta los ya famosos "Gil... fuera del Calderón" o "Enrique Cerezo, queremos tu pescuezo". 

Tras lo del Betis, tocaba el Albacete, vencer para olvidar y continuar adelanta en una de las competiciones más emocionantes, en el torneo del K.O. Con uno 1-0 cero bastaba y eso ponía muy fácil la eliminatoria para los locales, pero cuando tienes que remontar un marcador adverso ante un Segunda B, si a los 20 segundos te ha metido un gol, todo, absolutamente todo, se tuerce. Y, después de torcerse, se rompió, se resquebrajó en mil y un pedazos para que nadie pudiera enderezarlo.

El Atleti se convirtió en el circo al que nos tiene acostumbrados desde hace años, sin intensidad, sin lucha, sin ser lo que la afición quiere, sin ser el Atleti. Las ocasiones llegaron con cuentagotas y el portero rival, muy seguro cuando su equipo lo necesitaba, no tuvo que esforzarse salvo en una mano que le sacó al asturiano Adrián, que era el que tiraba del carro.

La primera mitad había concluido y los aficionados albaceteños que se dieron cita en el Calderón (casi 2.500), se frotaban los ojos para saber si lo que estaban viendo era cierto o solo un sueño de esos de los que no queremos despertar. Al otro lado del estadio, lo mismo, pellizcos en el brazo para saber si en algún momento despertarían de esta pesadilla que azota a los madrileños desde que la familia Gil maneja esta empresa. 

 

La segunda mitad fue el desastre máximo, tres tiros a puerta y ni un solo ataque con peligro a la meta de los manchegos que volvieron a ser ese queso mecánico de cuando jugaba Bjelica, que ya eliminó con un golazo en el Carlos Belmonte al Atleti de la Copa del Rey, un año antes del doblete.

El partido concluyó y sucedió lo que la policía temía, los radicales del Frente Atlético, el grupo más salvaje y orgulloso de España y, posiblemente Europa, hizo un intento de asalto al palco golpeando la puerta repetidas veces para intentar derribarla, pero las fuertes cargas policiales lo impidieron; no obstante, ayer hubo protestas en el Cerro del Espino, y cerca de 50 aficionados recriminaron a la plantilla el poco coraje que tiene cuando la adversidad se presenta.

Ahora, la directiva recurre a la historia, a uno de los jugadores que más ha apreciado el Calderón y que jamás olvidará, pero ¿será capaz de enderezar este bote, que no resiste la zozobra?